Durante la Convención Minera Perumin 36 en Arequipa, los principales actores de la industria minera han coincidido en que, a pesar de la amenaza del Fenómeno El Niño, la producción de cobre en 2024 no se verá afectada y se mantendrá en alrededor de 2.8 millones de toneladas, según las estimaciones.
El Fenómeno El Niño y su Impacto en la Minería Peruana
Uno de los desafíos que la industria minera peruana enfrentará en lo que queda del año es el temido Fenómeno El Niño. Sin embargo, durante la Convención Minera Perumin 36, que se lleva a cabo en Arequipa, los líderes de la industria han destacado que este evento climático no tendrá un impacto significativo en la producción de cobre.
El presidente y gerente general de Antamina, Víctor Gobitz, quien también lidera la Cumbre Minera, explicó que, a pesar de las posibles lluvias intensas que el fenómeno climático podría desencadenar en algunas áreas, la mayoría de las minas se encuentran ubicadas a altitudes superiores a los 3,500 metros sobre el nivel del mar. Esto significa que las operaciones mineras en sí no se verán gravemente afectadas. Sin embargo, las vías de acceso a las minas podrían ser las más vulnerables ante las condiciones climáticas adversas.
De acuerdo con el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), se anticipan problemas potenciales en la estabilidad de taludes, problemas en la transmisión eléctrica y en el suministro de agua, así como el bloqueo de carreteras. Ante estas posibles consecuencias, el sector minero ha intensificado sus medidas de mitigación.
Una Alianza Pública y Privada para la Infraestructura del Estado
Por otro lado, Víctor Gobitz señaló la posibilidad de establecer una fórmula en la que la gestión pública se vuelva más eficiente y eficaz, creando un círculo virtuoso en el que se invierta tanto en el desarrollo de infraestructura pública como en la producción minera. Este enfoque podría llevar a una mayor competitividad en la economía del país.
Gobitz afirmó: «Las capacidades necesarias existen en el Perú; lo que debemos hacer es trabajar en conjunto, tanto el sector público como el privado, para aplicar los mismos estándares de gestión que ya se utilizan en proyectos de inversión multimillonarios en el sector minero, en el desarrollo de infraestructura pública».
Esta alianza entre el sector público y privado podría no solo mejorar la infraestructura del país, sino también impulsar el crecimiento económico y la competitividad en Perú. La inversión en infraestructura y el fortalecimiento de la industria minera pueden ser motores clave para el desarrollo sostenible del país en los años venideros.
