La cotización del cobre experimenta variaciones significativas, influenciada por la preocupante situación del mercado inmobiliario en China y la desaceleración manufacturera a nivel mundial. A pesar de factores como la disminución de las existencias y un dólar más débil que proporciona cierto respaldo, los inversores enfrentan una actividad moderada con la vista puesta en las vacaciones del Año Nuevo Lunar en China.
A las 1707 GMT del lunes, el precio del cobre de referencia en la Bolsa de Metales de Londres (LME) se mantenía prácticamente inalterado, ubicándose en 8.349 dólares la tonelada. Este estancamiento se atribuye a la moderada actividad del mercado, la cual se espera que persista hasta después de las vacaciones del Año Nuevo Lunar chino en febrero.
El sector inmobiliario chino, en constante debilitamiento, y la desaceleración del sector manufacturero a nivel global han sido factores determinantes en la evolución de los precios del cobre y otros metales industriales durante el último año. Según Jay Tatum, de Valent Asset Management, «el mercado inmobiliario chino se ha debilitado a un ritmo que no habíamos visto en décadas. A escala mundial, nos encontramos en una de las recesiones manufactureras más prolongadas en más de 40 años».
La relación inversa entre la fortaleza del dólar y las materias primas cotizadas en esta divisa añade un matiz adicional a la situación actual. Un dólar más débil tiende a abaratar las materias primas para los tenedores de otras monedas, potencialmente impulsando la demanda y, por ende, brindando cierto respaldo a los precios del cobre en medio de las actuales incertidumbres.
En el ámbito de las existencias, los datos de la LME revelan una disminución del 18%, situándose en 156.750 toneladas desde mediados de octubre. Además, la proporción de metal reservado para su entrega respecto al total ha aumentado al 21%, en comparación con el 12% registrado el 11 de enero. Este incremento sugiere que más unidades de cobre podrían abandonar el sistema de la LME en el futuro próximo.
Ampliando el enfoque hacia las actividades económicas vinculadas al cobre, es imperativo considerar la importancia de este metal en sectores clave como la construcción y la electrónica. La desaceleración en el sector inmobiliario chino, por ejemplo, no solo afecta la demanda directa de cobre, sino que también envía ondas de choque a lo largo de la cadena de suministro de materiales de construcción. Asimismo, el debilitamiento del sector manufacturero global tiene ramificaciones en la producción de bienes electrónicos que, a menudo, dependen en gran medida de este metal.
En conclusión, el mercado del cobre enfrenta desafíos significativos, marcados por las malas perspectivas de demanda en China y la prolongada recesión manufacturera a nivel global. A pesar de los elementos de apoyo, como la disminución de las existencias y un dólar más débil, la incertidumbre persiste, dejando a los inversores cautelosos mientras observan de cerca los acontecimientos en el mercado del cobre.
